Ruta

Cuando empecé a pedalear en Sulawesi era consciente que serían los últimos kilómetros en este inmenso país.
Por eso traté de saborear las últimas conversaciones, las últimas comidas, los últimos vítores, etc. Pasé mucho calor pero también, aunque generalmente eran nocturnas,  me cayeron algunas tormentas mientras ciclaba.
Saliendo en Makassar seguí la carretera de la costa oeste hasta Pare Pare, donde giré hacia Siwa y de ahí hacia el norte, dirección Ampana.

En general no hay muchas subidas que se diga hasta que llegas a Wotu. Ese es el punto donde debes iniciar el largísimo ascenso a las montañas que te llevarán al otro lado del mar, hacia Poso. La subida hasta Pendolo es de unos 50 km y apenas hay nada para aprovisionarse. Lo compensa que es una subida preciosa, con una vegetación frondosa y donde sientes que en cualquier momento te va a salir Tarzán gritando desde lo alto de una liana.
Tentena es un buen sitio para descansar antes de proseguir la marcha. Llegué a la costa y tocó seguir la carretera rompepiernas hasta Ampana que es donde se coge el ferry hacia las Togean.
Se consiguen encontrar restaurantes “fácilmente” a excepción del tramo de montaña, donde lo único que se encuentra es puestos con té y noodles instantáneos.
De las Togean llegas en ferry a Gorontalo donde una serpenteante, rompepiernas y bonita carretera te lleva hasta Manado, en la punta norte de la isla. Esta carretera la hice en bus con Evelin.

A Rantepao fui en un comodísimo bus nocturno con Jon y Aitziber, y de ahí vuelta a Makassar, desde donde iría en Kijang (un todoterreno) hasta Bira Beach, con Eve.