jueves, 23 de diciembre de 2010

1. Muertos por muertos en Toraja

No es del todo fácil la vida de un búfalo en Tana Toraja. Nacen en un entorno amigo, nunca les falta agua ni comida y al atardecer disfrutan del baño de barro que tanto les gusta. El día siguiente será un calco del anterior. Hasta que haya que honrar a un muerto humano. Entonces empieza su calvario.

Amanece cubierto en Rantepao, como siempre, pero poco a poco el cielo va despejándose. La plaza lleva tiempo llena de búfalos sujetos por hombres con cara de aburrimiento. La gente va cogiendo posiciones y los sitios con sombra son los más reclamados.

La mujer a quien hoy se va a honrar lleva muerta cuatro años, los mismos que ha necesitado la familia para reunir los búfalos que la difunta merecía. Este tiempo la familia ha conservado el cuerpo en la última habitación de un total de tres que conforman las casas tradicionales de Toraja
El tercer día de un total de nueve que dura un funeral, se celebra la matanza de búfalos. Creen que las almas de los animales deben seguir a sus dueños. El número de animales que serán sacrificados dará una pista del poder y la clase social de la familia. Cuanta más sangre haya más exitosa será la ceremonia. Los búfalos no parecen ser conscientes de lo que se les avecina. El ritual es dirigido por una persona designada por la familia. Se ayuda de un micrófono para comunicarse con sus colaboradores. Deciden qué búfalos serán sacrificados y a cuáles se les perdonará la vida... ... siempre ante la atenta mirada de la hija de la difunta. Ella tiene la última voz. Y será ella quien dé inicio a la masacre...

... cuando hombres armados con afilados cuchillos corten el cuello de aquellos búfalos que fueron condenados a morir para honrar la muerte de su madre.

Simultáneamente, uno tras otro irán cayendo al suelo desangrados, luchando contra lo inevitable ... ... hasta que la plaza quede teñida de rojo y catorce cadáveres inocentes yazcan bajo el sol de una calurosa mañana de octubre.

El espectáculo es dantesco.

Y los hombres no pierden el tiempo. Inmediatamente empieza el despiece de cada bestia. Parte de la carne obtenida servirá de alimento a los familiares y otra será vendida a mercados y restaurantes.

Bien es sabido que a mí no me gusta la carne. Pero fue tanto lo que insistieron los Hijos del Sol que tuve que comer carne de búfalo. Yo les decía: "es que no tenéis corazón? es que sois de piedra?" Y Farrukito me decía: "ay chiiiico saca la afoto rápido que tengo hambre", y la mesa temblaba mientras la golpeaba con sus cubiertos...

Una vez por semana, en Rantepao se celebra un mercado de animales. No son muy cuidadosos con ellos, digamos...... pero logísticamente hablando son rápidos en su servicio...

Este será el principio del fin para muchos búfalos. También para los extravagantes que usen chillones paraguas a modo de sombrilla...
porque aguantarán las risas burlonas de sus vecinos al menos hasta el siguiente mercado...
... al que acudirán religiosamente los tratantes, aquellos que tienen cosas más importantes que hacer.Las casas tradicionales de Tana Toraja no son ajenas a los ritos funerarios.Mostrarán orgullosos los restos de funerales pasados, haciendo pública su clase social. Mezclando costumbres animistas y cristianas, en Toraja se encargan en vida de no olvidar nunca a sus muertos. Tienen varias formas de enterrarlos. En casas-tumba para los que andan bien de dinero...

... tumbas colgantes para los que andan justos...
... o tumbas en cuevas para los que no tienen nada
Otra modalidad para aquellos con dinero es enterrarse en piedras, discretamente...
... o en masa, incluyendo figuras de madera de los fallecidos. Quieren asegurarse que nunca serán olvidados...... y quizás lo más curioso sean los baby-árboles. Para evitarse los costes de un funeral, los bebés que no superen los 3 meses de vida son enterrados dentro de un árbol. Para respetar el alma de los bebés ese árbol jamás será talado
Pero visto lo visto yo prefiero que me incineren. Eso sí, alguien deberá viajar mucho porque quiero que mis cenizas se desparramen por varios sitios del planeta. Ya diré dónde. Acepto voluntarios. Pero eso será, espero, dentro de muchos años...

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