jueves, 23 de diciembre de 2010

2. Se acabó lo que se daba

La oficina de inmigración de Makassar me da una señal. Me toca tanto los cojones con la 3ª extensión del visado que decido que ha llegado la hora de cambiar de país y de latitud. No me lo pienso dos veces y adelanto mi billete de avión 1 mes. Antes me ahorco que una extensión más.
La estúpida burocracia indonesia consigue quitarme la motivación por seguir viajando en este país. En lugar de facilitarte las cosas el gobierno indonesio pone mil zancadillas a los viajeros que no quieren pasar por el aro. Y el aro se llama el nauseabundo negocio que gira en torno a las extensiones.
Aquel que quiera saber cómo solo un borracho pudo definir el proceso de extensión de un visado no tiene más que ir a la sección de “Visados” de la página principal de Indonesia.

La cuenta atrás ha  empezado.    

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