Cuando se tiene que coger un avión empieza un coñazo para el ciclista.
Hay que empaquetar la bici en una caja y para ello, dependiendo del tamaño de la misma, habrá que destripar la bici más o menos.
Consigo una caja mediana en la tienda de Steve (Recovery bike) y procedo a la disección.
Si se quiere volar a Australia o Nueva Zelanda recomiendo la compañía aérea Virgen Blue, una compañía amiga de los ciclistas. Virgen Blue te exige, como todas, meter la bici en una caja pero solo te computará como 5 kg de equipaje. Así que aprovecho para meterle hasta 30 kg y me ahorro 25 kg de exceso de equipaje…
Además, te permiten 7 kg de equipaje de mano y el ordenador y cámara de fotos no cuentan como peso, es decir, es difícil pagar exceso de equipaje.
Si luego te vistes con un maillot ciclista donde guardas en los bolsillos traseros más cosas que pesen, entonces ya no hay por qué preocuparse…
Si viajas tanto a Australia como a Nueva Zelanda debes tener en cuenta algo muy importante: para evitar traer plagas del exterior las normas de inmigración en lo referente a la limpieza de tu equipaje son muy severas y estrictas. Así que limpia la bici a conciencia y asegúrate que tus alforjas, tienda de campaña, etc no están sucias ni tienen barro. Es mejor prevenir que curar.
Un bonito capítulo del viaje queda empaquetado en esa caja de cartón. Y ahora habrá que escribir otro más. Y por esta razón vuelvo a sentir la excitación de un nuevo paso fronterizo, aunque esta vez sea en el aeropuerto.
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